Preciosa chica gorda, su marido obviamente no puede manejarla más. ¡Y él tampoco está realmente interesado en ella! ¡Un cuerpo así no debería quedarse sin hacer nada! También debería dar las gracias a su hijo: la señora tiene todo lo que necesita en casa y definitivamente no buscará un amante al lado. En definitiva, todo es como en una familia sueca normal, ¡todos son felices! En mi opinión, es mejor que él comparta a su mujer con su hijo que ella salga con algún hombre extraño.
Ser una perra es conseguir que los perros hagan lo que quieran. Sólo hay que poner ojos en el momento adecuado, jugar con la lengua, exponer el pezón. Y cuando quiera más, cumplirá cualquier petición de su culo.